EL PEOR TRABAJO QUE HE TENIDO
Lo único que debes aprender en la vida
El peor trabajo que he tenido me enseñó la lección de emprendimiento más importante de mi vida. Si quieres tener éxito en la vida: aprende a vender.
Sí, lo que enseñan en el Colegio, en el Instituto o en la Universidad está muy bien, pero todo el mundo que ha triunfado en la vida (triunfar en la vida tiene diferentes acepciones, que no voy a entrar a valorar ahora) han aprendido o han llevado de serie, la habilidad de VENDER. Me vale tanto venderse a uno mism@, como ser capaz de vender cualquier cosa.
El caso es que acabé de comercial “a puerta fría”. Si eres capaz de vender así, eres capaz de vender en cualquier situación que se te presente.
Te resumo los pasos. Entraba en una Comunidad de Propietarios, normalmente eran urbanizaciones por la zona en la que me movía. Cogía el ascensor y subía hasta el último piso, quizá un séptimo o un sexto y ahí empezaba a tocar a los timbres. Me abrían la puerta normalmente, eso sí, pero al verme, me la cerraban ipso facto. ¿Por qué? Porque era un puto comercial.
Repeat
Séptimo piso. Puerta 1.
Buenas, estoy promocionando por la zona una nueva empresa que ofrece una estupenda conexión a internet…
No me interesa. (Portazo)
Séptimo piso. Puerta 2.
Buenas, estoy promocionando por la zona una nueva empresa que ofrece una estupenda conexión a internet…
¡NO! (Portazo)
Lo bueno de estar en el séptimo piso es que tienes que ir bajando. Mientras bajas un piso por las escaleras parece que tomas aire. Parece una chorrada, pero es real.
Sexto piso. Puerta 1.
Buenas, estoy promocionando por la zona una nueva empresa que ofrece una estupenda conexión a internet…
¿Quién le ha dejado pasar? ¡Váyase! (Portazo)
Sexto piso. Puerta 2.
¿Qué quiere?
Nada, perdone, me he equivocado. (Creedme que cuando tocas a la puerta de un desconocido a veces te da tan mala espina cuando abre la puerta que prefieres desistir de tu intento)
Toca bajar otro piso. Y otro piso. Y otro piso. Hasta el rellano.
¿Sabes cuántos “NOes” recibes? ¿Sabes el impacto psicológico que eso supone a tu autoestima? Obvio, es tu trabajo, pero por eso he titulado este artículo como el trabajo más duro que he tenido. Y he tenido unos cuantos.
Por las noches no conciliaba el sueño. No quería volver a ese trabajo al día siguiente. Pero tenía que hacerlo. Así que sólo me quedaba una opción, recomponerme, y mejorar la estrategia.
O vendes o no comes
¿Quieres saber lo que hice? Pues continúa leyendo.
1. Para vender llevaba un traje. Le pedí a la empresa que me cediera un chaleco de instalador de fibra. Adiós al traje.
2. Dejaría de dejar las octavillas publicitarias en los buzones. En cuanto abrieran la puerta, se la entregaría en mano, el gesto de recogerla, sería como un estrechón de manos, lo que fortalecería la confianza.
3. Al darle la publicidad en mano, no tenían que mirarme directamente a los ojos. El 95% por ciento de personas miraban la papeleta impresa, lo cual restaba tensión a la situación, y además, activaban el sentido del oído para escucharme.
4. Tenía cinco o seis segundos para contarles lo que tuviera que venderles. Aún recuerdo la frase: “Estamos instalando Internet a algunos de sus vecinos a 9.95 euros, 12.04€ con IVA, sin compromisos de permanencia” = 5 segundos.
Vender “a puerta fría”, o telefónicamente, o por la calle, o por Internet, es una cuestión de estadística. De cada cien intentos, uno o a lo sumo dos, contratarán tu servicio. Por eso sigue siendo rentable. Pero para llegar a esos dos contratos cada cien, tienes que ser muy bueno/a.
Bonus track: Hace poco una comercial trabajando para una ONG me sorprendió gratamente en la puerta de “El Corte Inglés”. Utilizó esta frase: “Gracias por pararte, eres la primera persona que se para en todo el día”. Yo no me había parado aún, estaba en movimiento, pero esa frase era de gran impacto, y falsa, por supuesto. Sonreí.